Stefania Caterina nació en Génova, 19 de enero 1959 por de familia católica. En 1994 decidió dejarlo todo para dedicarse totalmente a Dios y su obra, ofreciendo los dones recibidos de Él.
Usted puede escribir directamente a stefania.c@versolanuovacreazione.it redazione@versolanuovacreazione.it http://www.versolanuovacreazione.it
Una introducción obligada Queridos lectores: Los mensajes que Jesús me está dictando en estos días y que serán publicados en los próximos meses, trazan decididamente el camino a los acontecimientos que nos esperan. He sentido por lo tanto el deber de escribir esta introducción para ayudaros a entrar adecuadamente en los temas que leeréis. Hasta hoy os he comunicado las revelaciones que he recibido de Dios. En mi primer libro “Más allá de la gran barrera” que termina en el cap. 15 con el título “La nueva Creación” os he presentado el mensaje central de todas las revelaciones recibidas, esto es, el de recapitular en Cristo todas las cosas en el cielo y en la tierra. He buscado de conduciros a los acontecimientos que afectarán a la Tierra y al universo. En estos días Jesús me ha comunicado que desea prepararnos, en los próximos meses, a los acontecimientos que nos esperan en el futuro inmediato. ¿Cómo enfrentar tales eventos? Considero que en estos años, a través de tantas explicaciones que he recibido y que os he comunicado, hemos recibido la gracia de comprender el recorrido interior que nos prepara para entrar en el pensamiento de Cristo, para comprender el misterio de Dios y de la vida, para elevarnos y transformarnos hasta resultar criaturas nuevas. Os he hablado de este camino espiritual particularmente en el libro “Reescribir la historia-Vol 1 En el pensamiento de Dios”. Además, habéis estado acompañados por los mensajes publicados mensualmente en este sitio, que continúan, y que nos introducen cada vez más en una fase seria de preparación y de decisión. Yo no puedo comentar estos mensajes. Serán Jesús mismo y su Santo Espíritu quienes lo expliquen en vuestro corazón. A vosotros corresponde dar una respuesta para comprender las palabras que leeréis. En fin, corresponde a todos nosotros empeñarnos nosotros mismos, por la Tierra y por el universo entero, para que puedan realizarse las promesas de Dios El mensaje que os ha llegado a través mío es para todos los hombres de buena voluntad, cristianos o no, creyentes o no. Personalmente no pretendo imponer nada a nadie, no quiero imponer ni siquiera a Jesucristo. Deseo simplemente ser un testimonio fiel del Dios viviente ante la presencia de todo hombre y de toda criatura. La Biblia afirma a propósito de Jesucristo: “por medio de Él Dios ha creado el universo y ahora lo ha constituído Señor de todas las cosas. Él es el espejo de la gloria de Dios, la imagen perfecta de aquello que Dios es. Su palabra poderosa sostiene todo el universo” (Heb.1,2-3) Esta imagen perfecta de aquello que Dios es, se manifestará a todos nosotros, antes o después de nuestra muerte, y cada uno deberá dar su respuesta; si acepta o no la verdad eterna. Deberá pronunciar un SI o un NO. Nadie podrá escapar. En el tiempo que está por delante nuestro Jesús actuará con gran poder del Espíritu Santo dentro de nuestro espíritu, para llevar a la salvación a la humanidad entera. Buscará las personas de buena voluntad, creyentes o no creyentes. Junto todos aquellos que se adhieran a este programa yo me ofrezco a Jesús a través de María Santísima y ruego por vosotros. Espero que también vosotros os unáis al mismo programa para ser la gran esperanza de la humanidad, la cual, sin Dios, no hará otra cosa que hundirse en la confusión y en la desesperación. Al dejaros con las palabras de Jesús, os saludo y os bendigo en Cristo. https://reescribirlahistoria.wordpress.com/
https://reescribirlahistoria.wordpress.com/ Mensaje de Jesús del 29 de agosto de 2011- Mi Padre trabaja siempre y también Yo trabajo. ( Jn.5, 17) “¡Os bendigo mis queridos hijos! Hoy deseo hablaros de la obra de Dios en este tiempo y del cuadro general en el que se insertan vuestra vida y vuestra misión. Tratad sobre todo de entender que no estáis ubicados por casualidad en la realidad en que vivís, sino por un proyecto divino preciso. Cualquier cosa que penséis de vosotros mismos o que los demás piensen de vosotros, sabed que vuestra vida es preciosa en el tiempo y en el lugar que os encontráis, según los proyectos de Dios. Fuisteis previstos para esta realidad y por esto Dios os ha dado potencialidades originales e irrepetibles. Nadie es igual a vosotros en el universo, porque la creatividad de Dios es ilimitada e inagotable, y por eso, cada uno de vosotros es absolutamente original en su ser y en su actuar. Sin embargo, muchos sobre la Tierra viven por debajo de sus potencialidades porque no se entregan a mí. Sólo yo conozco perfectamente el proyecto del Padre para cada uno de vosotros porque yo he recibido de El la orden de llevar a cumplimiento en cada hombre su obra; Yo actúo en vosotros con el poder del Espíritu Santo, el cual continuamente os ilumina y os envuelve, os inspira para indicaros el camino hacia mí, para que yo os revele cuál es la voluntad del Padre para vosotros. Sin mí no llegaréis realmente a conoceros a vosotros mismos ni conocer aquello que se os ha pedido hacer en esta vida. El Espíritu Santo y yo trabajamos continuamente para realizar el proyecto del Padre en cada uno de vosotros, pero solamente lo podemos hacer con la ayuda de vuestra libertad, o sea, cuando escogéis voluntaria y libremente amar y servir a Dios y entregaros a El. Esta es la condición indispensable para que vuestras potencialidades se activen y actúen. Efectivamente, en el momento en que os decidís de vivir para Dios y de abandonaros totalmente a su voluntad se inicia en vosotros la acción de la Santísima Trinidad, que poco a poco, transforma vuestra vida y vuestros pensamientos. De esta forma comenzáis a tomar conciencia de lo que sois en Dios y a incidir sobre la realidad en una forma creativa, porque es la creatividad divina la que trabaja en vosotros. Deseo que estéis concientes de cuanto os estoy diciendo, porque el saber conciente que Dios está activo en vosotros, independientemente de vuestra fragilidad humana, es determinante para vuestra misión en el tiempo en el que estáis viviendo. El vuestro es un tiempo grandioso y difícil para todo el universo. Grandioso por la potencia de los acontecimientos que la mano de Dios está preparando, y difícil porque es un tiempo de lucha contra las fuerzas del mal, una lucha siempre más abierta. Todo esto no tiene relación exclusivamente con la Tierra, sino con la creación entera y con todos los hombres que pueblan muchos otros planetas.(1) Ya os es he dicho que son tan hijos de Dios como vosotros y que yo he dado mi vida también por ellos. Son vuestros hermanos, en quienes se debe cumplir perfectamente el proyecto de mi Padre justamente como en vosotros. ¿Cuál es el proyecto del Padre? Llevar la creación entera al estado de integridad y de perfección que ella tenía antes del pecado original; retornar a cada hombre a la dignidad y a la gloria de hijo de Dios. Todos los hombres y cada criatura que existe en el universo deben ser liberados de la corrupción y de la muerte, que se han infiltrados en la obra de Dios a causa del pecado de vuestros progenitores. El hombre debe retornar a una justa relación con Dios, reconociéndole la autoridad y sometiéndose a su guía. ¿Cómo hará el Padre para realizar este proyecto? Recapitulando todo la creación en mí, porque El me ha dado todo el poder en todo el universo. https://reescribirlahistoria.wordpress.com/
Por esto estoy manos en la obra, para que todos aquellos que vendrán a mí, sean introducidos por mí en una relación nueva y filial con el Padre. Estos serán instruidos interiormente por mí para estar preparados a comprender y a vivir los acontecimientos que le esperan a la humanidad. Cuando mi obra sea cumplida en cada uno y en todo el universo, volveré en mi gloria, e introduciré a todos aquellos que me pertenecen en la creación nueva, incorrupta e incorruptible. Será esta la dimensión nueva y purísima del espíritu donde vivirá la humanidad redimida, será el reino de los cielos que entregaré a mi Padre al final de los tiempos, pero que ya desde ahora pertenece a cuantos viven para mí y en mí.(2)
Al contrario, cuantos hubieran quedado fuera de mí, porque no me hubieran acogido ni reconocido como Hijo de Dios y Salvador, no entrarán en la nueva creación. Yo he venido a la Tierra para dar comienzo a un tiempo nuevo, definitivo y decisivo para la humanidad de todo el universo. Después de mi muerte y resurrección e comenzado un camino progresivo hacia la nueva creación. Con mi pasión he cumplido delante del Padre con toda justicia, lavando con mi sangre la culpa de los progenitores y cancelando vuestra pesada deuda. Así he abierto el camino a cada hombre de buena voluntad que quiera acogerme y seguirme. Si os entregáis a vosotros mismos, os conduciré perfectamente según los planes de Dios, para introduciros un día en el reino de los cielos. Pero corresponde a vosotros caminar. ¡No penséis que yo haga también vuestra parte! Yo estoy cerca y os sostengo pero no camino en vuestro lugar. A menudo los cristianos se recuestan sobre mí, pensando que yo ya lo he hecho todo y que ellos no deban hacer más nada. Se contentan con participar en algún rito religioso y así se creen en su lugar. ¡No, hijos, esta actitud está equivocada! Yo os he redimido, es cierto, pero si os quedáis inertes y pasivos sin tomar sobre vosotros la responsabilidad que os corresponde, como hombres espiritualmente maduros,¿cómo podrá dar frutos la redención en vosotros? ¿En qué os distinguiréis de aquellos que no creen? Mi vida y mi obra se deben encarnar en cada uno de vosotros, de modo que podáis hacer eficaz mi Sacrificio, volverlo vivo y visible, a favor de vosotros mismos y de los demás. No basta creer en la Redención, es necesario entrar plenamente, tomando la propia cruz y siguiéndome. Si esto vale a nivel de los individuos, tanto más vale para la humanidad entera. Toda la humanidad deberá conocerme, acogerme y seguirme si quiere ser conducida por mí al Padre e introducida en el reino de los cielos. Solo a mí me corresponde reconducir la creación entera al Padre, por eso es preciso que todo pase a través de mí. ¿Cuál es entonces vuestra tarea en este tiempo? Es creer firmemente en mí y ofreceros a mí, para que yo pueda uniros a mí para llevaros al Padre. Esto significa ser recapitulados en mí; de este modo seréis parte de mi Cuerpo Místico, que es la fuerza más grande que opera en el universo. Del Cuerpo Místico forman parte mi Madre, los ángeles, los santos, y todos aquellos, vivos y difuntos que han creído y creen en mi obra, porque aman al Padre y me reconocen como Hijo de Dios y Redentor de la humanidad entera. Así resultaréis partícipes de la acción del Padre y de la mía, seréis parte de los ejércitos de Dios que están trabajando poderosamente en este tiempo. He aquí porque es absolutamente necesario que os decidáis a vivir para Dios, que os renovéis interiormente separándoos de vuestro egoísmo. Espero de cada uno de vosotros una decisión seria e inequívoca. Tal decisión no puede ser más revocable; esto vale para cada uno y para la humanidad entera. https://reescribirlahistoria.wordpress.com/
Stefania Caterina nació en Génova, 19 de enero 1959 por de familia católica.
ResponderEliminarEn 1994 decidió dejarlo todo para dedicarse totalmente a Dios y su obra, ofreciendo los dones recibidos de Él.
Usted puede escribir directamente a
stefania.c@versolanuovacreazione.it
redazione@versolanuovacreazione.it
http://www.versolanuovacreazione.it
Una introducción obligada
Queridos lectores:
Los mensajes que Jesús me está dictando en estos días y que serán publicados en los próximos meses, trazan decididamente el camino a los acontecimientos que nos esperan. He sentido por lo tanto el deber de escribir esta introducción para ayudaros a entrar adecuadamente en los temas que leeréis.
Hasta hoy os he comunicado las revelaciones que he recibido de Dios. En mi primer libro “Más allá de la gran barrera” que termina en el cap. 15 con el título “La nueva Creación” os he presentado el mensaje central de todas las revelaciones recibidas, esto es, el de recapitular en Cristo todas las cosas en el cielo y en la tierra. He buscado de conduciros a los acontecimientos que afectarán a la Tierra y al universo. En estos días Jesús me ha comunicado que desea prepararnos, en los próximos meses, a los acontecimientos que nos esperan en el futuro inmediato.
¿Cómo enfrentar tales eventos? Considero que en estos años, a través de tantas explicaciones que he recibido y que os he comunicado, hemos recibido la gracia de comprender el recorrido interior que nos prepara para entrar en el pensamiento de Cristo, para comprender el misterio de Dios y de la vida, para elevarnos y transformarnos hasta resultar criaturas nuevas. Os he hablado de este camino espiritual particularmente en el libro “Reescribir la historia-Vol 1 En el pensamiento de Dios”. Además, habéis estado acompañados por los mensajes publicados mensualmente en este sitio, que continúan, y que nos introducen cada vez más en una fase seria de preparación y de decisión.
Yo no puedo comentar estos mensajes. Serán Jesús mismo y su Santo Espíritu quienes lo expliquen en vuestro corazón. A vosotros corresponde dar una respuesta para comprender las palabras que leeréis. En fin, corresponde a todos nosotros empeñarnos nosotros mismos, por la Tierra y por el universo entero, para que puedan realizarse las promesas de Dios
El mensaje que os ha llegado a través mío es para todos los hombres de buena voluntad, cristianos o no, creyentes o no. Personalmente no pretendo imponer nada a nadie, no quiero imponer ni siquiera a Jesucristo. Deseo simplemente ser un testimonio fiel del Dios viviente ante la presencia de todo hombre y de toda criatura. La Biblia afirma a propósito de Jesucristo: “por medio de Él Dios ha creado el universo y ahora lo ha constituído Señor de todas las cosas. Él es el espejo de la gloria de Dios, la imagen perfecta de aquello que Dios es. Su palabra poderosa sostiene todo el universo” (Heb.1,2-3) Esta imagen perfecta de aquello que Dios es, se manifestará a todos nosotros, antes o después de nuestra muerte, y cada uno deberá dar su respuesta; si acepta o no la verdad eterna. Deberá pronunciar un SI o un NO. Nadie podrá escapar.
En el tiempo que está por delante nuestro Jesús actuará con gran poder del Espíritu Santo dentro de nuestro espíritu, para llevar a la salvación a la humanidad entera. Buscará las personas de buena voluntad, creyentes o no creyentes.
Junto todos aquellos que se adhieran a este programa yo me ofrezco a Jesús a través de María Santísima y ruego por vosotros. Espero que también vosotros os unáis al mismo programa para ser la gran esperanza de la humanidad, la cual, sin Dios, no hará otra cosa que hundirse en la confusión y en la desesperación.
Al dejaros con las palabras de Jesús, os saludo y os bendigo en Cristo.
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ResponderEliminarMensaje de Jesús del 29 de agosto de 2011-
Mi Padre trabaja siempre y también Yo trabajo. ( Jn.5, 17)
“¡Os bendigo mis queridos hijos! Hoy deseo hablaros de la obra de Dios en este tiempo y del cuadro general en el que se insertan vuestra vida y vuestra misión.
Tratad sobre todo de entender que no estáis ubicados por casualidad en la realidad en que vivís, sino por un proyecto divino preciso. Cualquier cosa que penséis de vosotros mismos o que los demás piensen de vosotros, sabed que vuestra vida es preciosa en el tiempo y en el lugar que os encontráis, según los proyectos de Dios. Fuisteis previstos para esta realidad y por esto Dios os ha dado potencialidades originales e irrepetibles. Nadie es igual a vosotros en el universo, porque la creatividad de Dios es ilimitada e inagotable, y por eso, cada uno de vosotros es absolutamente original en su ser y en su actuar.
Sin embargo, muchos sobre la Tierra viven por debajo de sus potencialidades porque no se entregan a mí. Sólo yo conozco perfectamente el proyecto del Padre para cada uno de vosotros porque yo he recibido de El la orden de llevar a cumplimiento en cada hombre su obra; Yo actúo en vosotros con el poder del Espíritu Santo, el cual continuamente os ilumina y os envuelve, os inspira para indicaros el camino hacia mí, para que yo os revele cuál es la voluntad del Padre para vosotros. Sin mí no llegaréis realmente a conoceros a vosotros mismos ni conocer aquello que se os ha pedido hacer en esta vida.
El Espíritu Santo y yo trabajamos continuamente para realizar el proyecto del Padre en cada uno de vosotros, pero solamente lo podemos hacer con la ayuda de vuestra libertad, o sea, cuando escogéis voluntaria y libremente amar y servir a Dios y entregaros a El. Esta es la condición indispensable para que vuestras potencialidades se activen y actúen. Efectivamente, en el momento en que os decidís de vivir para Dios y de abandonaros totalmente a su voluntad se inicia en vosotros la acción de la Santísima Trinidad, que poco a poco, transforma vuestra vida y vuestros pensamientos. De esta forma comenzáis a tomar conciencia de lo que sois en Dios y a incidir sobre la realidad en una forma creativa, porque es la creatividad divina la que trabaja en vosotros. Deseo que estéis concientes de cuanto os estoy diciendo, porque el saber conciente que Dios está activo en vosotros, independientemente de vuestra fragilidad humana, es determinante para vuestra misión en el tiempo en el que estáis viviendo.
El vuestro es un tiempo grandioso y difícil para todo el universo. Grandioso por la potencia de los acontecimientos que la mano de Dios está preparando, y difícil porque es un tiempo de lucha contra las fuerzas del mal, una lucha siempre más abierta. Todo esto no tiene relación exclusivamente con la Tierra, sino con la creación entera y con todos los hombres que pueblan muchos otros planetas.(1) Ya os es he dicho que son tan hijos de Dios como vosotros y que yo he dado mi vida también por ellos. Son vuestros hermanos, en quienes se debe cumplir perfectamente el proyecto de mi Padre justamente como en vosotros.
¿Cuál es el proyecto del Padre? Llevar la creación entera al estado de integridad y de perfección que ella tenía antes del pecado original; retornar a cada hombre a la dignidad y a la gloria de hijo de Dios. Todos los hombres y cada criatura que existe en el universo deben ser liberados de la corrupción y de la muerte, que se han infiltrados en la obra de Dios a causa del pecado de vuestros progenitores. El hombre debe retornar a una justa relación con Dios, reconociéndole la autoridad y sometiéndose a su guía. ¿Cómo hará el Padre para realizar este proyecto? Recapitulando todo la creación en mí, porque El me ha dado todo el poder en todo el universo.
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ResponderEliminarPor esto estoy manos en la obra, para que todos aquellos que vendrán a mí, sean introducidos por mí en una relación nueva y filial con el Padre.
Estos serán instruidos interiormente por mí para estar preparados a comprender y a vivir los acontecimientos que le esperan a la humanidad. Cuando mi obra sea cumplida en cada uno y en todo el universo, volveré en mi gloria, e introduciré a todos aquellos que me pertenecen en la creación nueva, incorrupta e incorruptible.
Será esta la dimensión nueva y purísima del espíritu donde vivirá la humanidad redimida, será el reino de los cielos que entregaré a mi Padre al final de los tiempos, pero que ya desde ahora pertenece a cuantos viven para mí y en mí.(2)
Al contrario, cuantos hubieran quedado fuera de mí, porque no me hubieran acogido ni reconocido como Hijo de Dios y Salvador, no entrarán en la nueva creación.
Yo he venido a la Tierra para dar comienzo a un tiempo nuevo, definitivo y decisivo para la humanidad de todo el universo. Después de mi muerte y resurrección e comenzado un camino progresivo hacia la nueva creación. Con mi pasión he cumplido delante del Padre con toda justicia, lavando con mi sangre la culpa de los progenitores y cancelando vuestra pesada deuda. Así he abierto el camino a cada hombre de buena voluntad que quiera acogerme y seguirme. Si os entregáis a vosotros mismos, os conduciré perfectamente según los planes de Dios, para introduciros un día en el reino de los cielos. Pero corresponde a vosotros caminar. ¡No penséis que yo haga también vuestra parte! Yo estoy cerca y os sostengo pero no camino en vuestro lugar. A menudo los cristianos se recuestan sobre mí, pensando que yo ya lo he hecho todo y que ellos no deban hacer más nada. Se contentan con participar en algún rito religioso y así se creen en su lugar. ¡No, hijos, esta actitud está equivocada! Yo os he redimido, es cierto, pero si os quedáis inertes y pasivos sin tomar sobre vosotros la responsabilidad que os corresponde, como hombres espiritualmente maduros,¿cómo podrá dar frutos la redención en vosotros? ¿En qué os distinguiréis de aquellos que no creen? Mi vida y mi obra se deben encarnar en cada uno de vosotros, de modo que podáis hacer eficaz mi Sacrificio, volverlo vivo y visible, a favor de vosotros mismos y de los demás. No basta creer en la Redención, es necesario entrar plenamente, tomando la propia cruz y siguiéndome.
Si esto vale a nivel de los individuos, tanto más vale para la humanidad entera. Toda la humanidad deberá conocerme, acogerme y seguirme si quiere ser conducida por mí al Padre e introducida en el reino de los cielos. Solo a mí me corresponde reconducir la creación entera al Padre, por eso es preciso que todo pase a través de mí.
¿Cuál es entonces vuestra tarea en este tiempo? Es creer firmemente en mí y ofreceros a mí, para que yo pueda uniros a mí para llevaros al Padre. Esto significa ser recapitulados en mí; de este modo seréis parte de mi Cuerpo Místico, que es la fuerza más grande que opera en el universo. Del Cuerpo Místico forman parte mi Madre, los ángeles, los santos, y todos aquellos, vivos y difuntos que han creído y creen en mi obra, porque aman al Padre y me reconocen como Hijo de Dios y Redentor de la humanidad entera. Así resultaréis partícipes de la acción del Padre y de la mía, seréis parte de los ejércitos de Dios que están trabajando poderosamente en este tiempo. He aquí porque es absolutamente necesario que os decidáis a vivir para Dios, que os renovéis interiormente separándoos de vuestro egoísmo. Espero de cada uno de vosotros una decisión seria e inequívoca. Tal decisión no puede ser más revocable; esto vale para cada uno y para la humanidad entera.
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